¡Yuppi, tendremos gasolina barata!‏

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El gobierno del comandante Ollanta Humala parece estar decidido a comprar el 51.3 % de las acciones de la refinería de la Pampilla pertenecientes a la empresa Repsol. La internacional española necesita vender este activo porque con la nacionalización de sus empresas en Argentina necesita deshacerse de la Pampilla. La información dice que la han ofrecido a otras transnacionales pero que a nadie le interesa este complejo obsoleto que necesita más de dos mil millones de dólares para hacerla moderna y eficiente. Con esta decisión, el gobierno de Humala estaría dando muestras de retornar a sus planes escritos en la gran transformación que no son otra cosa que volver a los viejos tiempos velasquistas, cuando toda la actividad económica nacional estaba en poder del estado y por lo tanto mal administrada. El colapso de la economía nacional, la destrucción de la institucionalidad y la tara de pedigüeños de casi todos los peruanos se iniciaron en aquellos años que alejó al Perú del mundo y perdió más de veinte años de progreso y desarrollo.

Con esta desafortunada decisión no solamente el liberal Mario Vargas Llosa quedaría mal parado sino además el futuro se volvería muchísimo más incierto para todos. Ya hemos dicho que el precio de los metales y las exportaciones habrían llegado a sus picos altos. No hay una sola inversión nueva desde que Ollanta Humala accedió al poder. Por el contrario, muchas exploraciones de petróleo han sido abandonas y otros prospectos mineros cancelados. La mal entendida ley de la consulta previa le ha cerrado el camino a los inversionistas. La sierra y selva no despegan como deberían por ausencia de proyectos de gran envergadura que sirvan como ejemplo para todas las comunidades. Los antimineros y radicales de izquierda son los únicos que han alcanzado sus objetivos espantando a los inversionistas. El Novel Vargas Llosa, garante de de Humala Tasso, deberá saber que “gallina que come huevo aunque le quemen el pico”.

 El propósito está a la vista. Si el estado controla la Pampilla podrá controlar el precio de la gasolina. Estos serían subvencionados. Bajarían los precios de los combustibles. ¡Yuppi, tendremos gasolina barata! dirán todos henchidos de felicidad. A la masa no le importará la constitucionalidad o no de le llamada reelección conyugal y estaría dispuesta a votar por Nadine Heredia sin reparo alguno. Volveríamos a los años setenta donde todo era escaso y de mala calidad. En fantasma Hugo Chávez merodea el Perú. Se están malgastando los presupuestos en programas sociales que no llega efectivamente a los más pobres, se está jugando con las expectativas de la población, no hay capital fresco a la vista que nos pueda asegurar que la continuidad económica de este país con futuro continúe así.

Manuel Gago